Le Mans 2003. La carrera de resistencia más grande del mundo. El escenario está preparado, con una multitud mayor que la de un partido de la Copa del Mundo, entre ellos 50.000 británicos. Han viajado hasta el Circuito de la Sarthe, en el Valle del Loira, con una misión: ser testigo de cómo los Bentley Boys regresan a casa después de un intervalo de 73 años. No deben decepcionarse. Tres años de esmerada preparación por parte del equipo Bentley se ven recompensados con un magnífico 1-2. La pura consistencia de los Bentley N° 7 y 8 fortalece su dominio sobre los Audi R8, imbatibles en los últimos cinco años.
A 24 horas y 377 vueltas de la salida, el futurista Bentley británico número 7, de color verde de carreras, cruza la meta entre una avalancha de cálidas felicitaciones, adulación y un toque de nostalgia. Las cuatro victorias consecutivas de Tom Kristensen le aseguran un lugar en el salón de la fama. No muy lejos, el Bentley número 8 termina segundo, justo por delante de otra ola de euforia, abrazos y lágrimas.
Es un momento que los aficionados al deporte del motor deben saborear. En los años venideros te preguntarán si estuviste allí. Si así fuera, este sería su récord de 24 horas escalofriantes. Si no lo fuiste, vive la experiencia.